Hoy he comenzado mi segundo día, relajadamente me fui a pasear al valle de la luna, después de recorrer, los circuitos establecidos me di cuenta de una cosa, ya no estoy en edad de andar haciendo este tipo de aventuras, cargando mi equipo ( que es bastante pesado) y cuando estaba a punto de tirar la esponja vi a unos turistas que casi me triplicaban la edad, y caminaban por las cavernas como si nada pasara, no mostraban ningún síntoma de cansancio y escalaban como si tuvieran 20 años, la vergüenza se apoderó de mí y me propuse seguir hasta el final, y lo logré, claro que después quede botado por lo menos 20 minutos dentro de una cueva que me ofrecía un reparador descanso a la sombra, acompañado solo por el silencio que se rompía de vez en cuando por el crujir de las rocas que estaban sobre mi cabeza, si no conociera el lugar habría escapado por el miedo a que se derrumbara el cerro sobre mí.
Lo bueno de esta “aventura” es que pude conseguir hermosas tomas de las cuevas y sus alrededores, una vez más sorprendiéndome por los hermosos colores que me regala esta zona.
miércoles, 22 de junio de 2011
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